La Huella ecológica es la superficie ecológicamente
productiva (bosques, pastos, cultivos, etc) necesarios para producir los
recursos necesarios y asimilar los residuos generados, para una población,
determinado por su modo de vida.
Como he dicho, la huella ecológica
es el territorio o… Imaginemos el mundo como un simple hogar, y la población mundial
como una familia que vive en ese hogar. Resulta que, se podría decir que hay un
aspecto en el realmente estamos viviendo muy por encima de nuestras
posibilidades (frase muy conocida últimamente), y es este.
Actualmente necesitaríamos la
superficie de 1,5 planetas como el nuestro para reponer los recursos que
consumimos y los residuos que generamos cada año. Es decir, la tierra necesita
18 meses para reponer los recursos que utilizamos en un año. Y que nadie se
confunda, en este sentido no podemos pedir créditos, ni endeudarnos, no tenemos
otro planeta que nos preste esos recursos, ni que se encargue de almacenar
nuestros residuos. Solo tenemos este, y lo estamos sometiendo a unas presiones
por nuestros hábitos de vida que sin duda, no son sostenibles.
Si bien es cierto que esta huella ecológica
varia por países (pues la población de los países más desarrollados tienen una
huella ecológica mayor) nosotros tampoco nos salvamos, ni de cerca. España en
concreto, tiene un consumo aproximadamente 3 veces superior a su biocapacidad
(que es la superficie biológicamente productiva disponible, como bosques, cultivos,
pastos, etc.) y ya en abril se calculaba que se había consumido todo su “presupuesto
ecológico” para todo 2013. Esta no es una situación sostenible en el tiempo, y
menos teniendo en cuenta que la tendencia ha ido al alza.
Todos tenemos nuestra parte de
responsabilidad y podemos cambiar ciertos hábitos para poner nuestro granito de
arena, hay que dejar atrás esa actitud individualista o insolidaria (Con el
planeta y el medio, no con los demás) de, “para que voy a hacerlo yo, si nadie
lo va a hacer luego”. Todos somos parte del problema, y de la solución.